
Ahí está.
No se muestra todo el tiempo, pero cuando te dispones a hacer alguna tarea o algún ejercicio, aparece.
Es incómodo porque no puedes moverte con total libertad y sin miedo.
Tal vez no sea tan fuerte como para tumbarte, pero genera una preocupación constante y una frustración por no poder dar lo mejor de ti en las cosas que haces.
Pasa el tiempo y sigue ahí, esperando el momento adecuado para salir de su escondite y atacar.
El dolor muscular es un persistente enemigo que aparece en tu vida por distintas razones.
No sólo puede ser el resultado de un golpe o de un ejercicio mal ejecutado, sino que también puede tener su origen en afecciones emocionales como el estrés, vicios posturales e incluso trastornos como la gastritis o la colitis.
En este artículo te compartiré